Bio

POR DONDE EMPEZAR

LA COVACHA

LA COVACHA

En 2009 abrimos La Covacha (una milonga referente del tango en Madrid y en España) fue una época en la que dimos todo el corazón a este proyecto.
En La Covacha impartíamos los dos la clase previa a la milonga y luego nos fueron invitando a diversos sitios como profesores y fueron surgiendo exhibiciones (shows) hasta que, poco a poco, nos habíamos convertido en pareja de baile.

Luego abrimos una escuela de tango en Madrid, la tuvimos 5 años hasta el momento que Vito se mudó a París. Actualmente cada uno de nosotros trabaja en Madrid y París respectivamente.

A día de hoy hemos trabajado en más de 80 festivales de tango en Europa, en nuestras clases nos gusta tener una relación cercana con el alumno, dejar conceptos claros y aplicables a distintos niveles. Nos gusta transmitir nuestro amor por el tango.

Creemos que el hecho de ser grandes amigos, cómo hermanos, y el poder cambiar de rol en cada momento, nos da cierta complicidad que consideramos interesante.

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Comencé a bailar en el 2003, con mis primeros profesores Raúl Mansilla y Ana María Fernández.

En el 2007 viajé a España y empecé a dar clases en Madrid. Todo este tiempo seguí formándome con diferentes Maestros.

llevo un poco de cada uno de ellos en mi baile y en mi corazón

Mi evolución en el tango se la debo a los buenos profesores que he tenido y también a las miles de horas de baile en la milonga donde pude pulir en la pista, los diferentes tipos de marcas y propuestas.

El aprendizaje del otro rol, me abrió otro mundo, pude darme cuenta de lo que era sentir el otro lado. El ser llevado me ayudo a llevar mucho mejor.

Nací en Lima Perú. Mi abuelo cantaba tango y aunque no lo conocí siempre estuvo esta historia en mí cabeza y en mi familia, creo que ahí empezó mi afecto hacia este arte. A los 19 años me trasladé a Madrid para estudiar Ingeniería Naval . Ahí, por casualidad, fui a parar a una milonga y me fascinó. No podía entender el por qué y el cómo de esos movimientos unidos en un abrazo.

Para mí era magia pura, armonía. En ese momento me dije: «Tengo que aprender esto»

Mi primera clase fue en Barcelona con la pareja de bailarines Graciela y Osvaldo, continué mi aprendizaje en Madrid con Martin Soisa, luego he seguido formándome con muchísimos maestros que han seguido incrementando mi amor por el tango.
Siempre se me han planteado interrogantes sobre los movimientos y su fluidez, así como preguntas sobre las formas en las que mi cuerpo pueda plasmar aquello que siento en mi interior al oír un tango.